HECHA EN MÉXICO
Seamos un poco cínicos sobre el tema antes de entrar de lleno a la recomendación. La moda es el espectáculo del ser, parte esencial de la publicidad. Pero, y si la publicidad es una gran mentira como lo dice Guy Debord en ‘La Société du Spectacle’ entonces ¿en dónde queda la moda?... (leer +)

Fotografía del libro 'Hecha en México'.
Término de año, principio de año, me gusta cómo se desvanece la línea que define un año al otro así de la nada, siempre quedan muchos pendientes a final de año; en mi caso seguir actualizando mi sitio, pero claro, liarme con nuevos proyectos sin terminar los del año pasado está bien (no).
Todo esto es para hablarte de un regalo navideño que entre volver a reunirme con la familia en esas épocas y los pendientes no había podido poner mis ojos en él. Resulta que me han hecho llegar un libro sobre la moda mexicana, y me ha plantado la semilla de seguir buscando referencias sobre el tema porque hay mucha tela de donde cortar. La moda ya es un tema que suele gustarme, y cuando descubrí hace años que había mucho material de lectura la verdad es que me voló la cabeza y mi billetera. Siempre me ha costado encontrar textos sobre moda mexicana, porque al ser la moda un tema muchas veces catalogado de frívolo, inculto, artificial, vacuo y carente de significado, las opiniones degeneran en el absurdo. En realidad demuestra la falta de debate sobre el tema, no hay muchos textos hoy en día y los que hay han sido descatalogados. Por eso es que quiero compartir y recomendar este libro.

Páginas de 'Hecha en México' 2020
Seamos un poco cínicos sobre el tema antes de entrar de lleno a la recomendación. La moda es el espectáculo del ser, parte esencial de la publicidad. Pero, y si la publicidad es una gran mentira como lo dice Guy Debord en ‘La Société du Spectacle’
entonces ¿en dónde queda la moda?
“La historia de la moda es indisociable de la de la modernidad” Gilles Lipovetsky ‘L’empire de l’éphéméré’."
La moda en lo personal, es la ilusión de la autonomía individual, de poder diferenciarnos, el individualismo quimérico de la elección con respecto a la personalización corpórea, y también es la historia de la relación de la humanidad con el cuerpo. Hasta cierto punto lo veo de manera histriónica, entramos en personaje dependiendo de la situación para la que nos vestimos o algo por el estilo.
“Cada mentira de la publicidad es así mismo un desengaño con respecto a la mentira anterior. La caída de la figura del poder totalitariorevela lo ilusorio de la comunidad que hasta entonces la aprobaba unánimemente, y que no era sino un agregado de soledades desilusionadas.”Guy Debord en‘La Société du Spectacle’ .
Pero también agrega Debord después en su obra y esto es muy importante; que lo que se presenta como perpetuidad dentro de la publicidad y el espectáculo se basa en el cambio. Y es que al final con respecto al universo de los lenguajes nada se detiene, se encuentra siempre en constante evolución, son un sistema de signos vivos, pertenecen a su tiempo y espacio. En esto último estoy haciendo una síntesis de sus palabras y agregando algunas ideas. Creo que todos podemos coincidir hasta este punto con Debord con respecto al lenguaje y la publicidad. Y es que la tiranía dentro del mundo de la moda era en otros tiempos el dogma a seguir, la opulencia de las clases acomodadas lo que permitía en siglos pasados poder segmentar aún más a clases y razas, así las élites podían sentirse todavía con más poder y autoridad sobre los que no eran libres de decidir bajo ninguna circunstancia, permanentemente bajo el yugo de sus “amos” ataviados de telas y piedras exóticas.
“La moda necesita actualmente un nuevo maestro. Necesita un tirano que la fustigue y que la libere de sus escrúpulos.”Poiret en sus memorias.
Poiret se refería a él mismo como ese tirano que tenía que liberar a la moda, yo por otro lado usaré sus palabras para decir que esa industria debe ser liberada de esos escrúpulos de exclusividad de la que hablaba anteriormente, precisamente si algunas marcas quieren sobrevivir y seguir mutando. Afortunadamente son otros tiempos, las marcas y el precio es lo de menos, lo importante es cómo cada quién mezcla su guardarropa. En la dictadura de la imagen todos buscan destacar su estilo propio, las tendencias están ahí para ser destruidas, para ser reinventadas, la industria se libera y da paso a nuevos diseñadores con propuestas que se adaptan a estos tiempos. También hay otras opciones bastante populares como comprar ropa de segunda mano, lo cual nos habla también de la polución causada por la industria textil (sobre todo la moda al estilo fast-food).
Así que el libro que me regalaron creo es muy importante, tanto por ser uno de los pocos textos que hay sobre la moda mexicana (muy pocos), como por su valor histórico de interés sociológico y cultural para los que vivimos en este país y consumimos moda de una u otra forma independientemente de cuanto de nuestros ingresos estemos dispuestos a invertir en esa otra forma de comunicación con los demás, porque a diferencia de lo que muchos creen, el vestir es otro tipo de lenguaje; los colores, las texturas, los materiales; todo eso tiene una traducción.
En fin, pasemos a lo que Hecha en México tiene que decir. Una disculpa por ese enorme preámbulo.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.
“La moda es tu narrativa personal”
es una de las frases con las que cierra una breve introducción de los autores Daniel Herranz y Paola Palazón Seguel en su libro Hecha en México publicado en 2020 con la editorial Planeta. Creo que publicaciones como ésta son necesarias para conocer no sólo el mundo de la moda mexicana, sino también conocer a fondo toda una industria que pareciera que no termina de cuajar y que compete a diseñadores, fotógrafos, modelos, estilistas, manufactura, promotores, críticos y consumidores que deberíamos depositar más nuestra atención a lo que está pasando en México y que tiene para competir de manera internacional.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.
Considero que una de las cosas para comenzar sería quitarnos ya el estigma de que escoger nuestro guardarropa es un pasatiempo inocuo, que no tiene ninguna función en nuestra vida diaria, y que ese mundo concierne solo a las clases acomodadas creer que son los únicos que tienen derecho a ese “lujo”, que la moda está sólo en las pasarelas y tiendas de ropa a precios exorbitantes, nada más lejos de la realidad. Desde el siglo pasado la juventud se fue apropiando de la moda independientemente de la clase, estatus social, raza o credo. Basta mirar a las mal llamadas contraculturas en el siglo pasado para darse cuenta de lo que hablo, es decir, imaginarse a un skinhead frente al espejo probándose las diferentes camisas Ben Sherman, botas Dr Martens, y la infaltable Bomber para lucir lo más rudo posible. Y es sólo uno de los tantos ejemplos a los que podría dedicar párrafos y párrafos, en fin. En estos tiempos donde un tatuaje ya no es causa de escándalo, menos debería ser el vestir lo que se nos venga en gana y para propósitos personales, así que creo que podemos partir de ahí. En Hecha En México los autores cuentan sobre la historia de la moda mexicana de 1999 al 2020, sobre cómo la industria ha ido creciendo. Pero antes de iniciar, nos ofrece un panorama que no le sea ajeno al lector común y conozca más del tema sin prejuicios, una breve semblanza histórica que concentra un poco más su atención en la década de los 90’s y por qué fue tan importante.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.
Como muchos saben ya, el TLC que entró en vigencia en 1994 mató a muchas industrias, era obvio que el país no estaba preparado para competir con grandes marcas extranjeras, al estado le importaba más llenar sus arcas personales que proteger y hacer crecer las industrias nacionales primero antes de firmar cualquier tratado comercial, la negligencia de décadas al fin cobraría factura y las pocas industrias en crecimiento murieron o quedaron en banca rota. Las beneficiadas con respecto a la industria de la moda irónicamente fueron las tiendas departamentales quienes importaban una gran variedad de marcas a sus estantes que poco a poco fueron ganando terreno a diseños mexicanos, pues para el consumidor era más sensato invertir en una marca extranjera que en un buen diseño mexicano pero con poco renombre, porque al fin y al cabo en la moda sobre todo en aquellos tiempos lo importante era la novedad más que la calidad. Eso propició que los pocos diseñadores que quedaban regresaran al ‘showroom’. Así en Hecha en México se nos da un buen panorama de cómo comenzaría el desarrollo hasta nuestros días. También se hace ver que la oferta académica era muy poca en el país, y si querías estudiar algo relacionado con el diseño de moda tenías pocas opciones como el CETIS 9 donde podías estudiar la carrera técnica de Corte y Confección, una de las más importantes desde 1910. Sería hasta 1999 cuando por fin la carrera de Moda y Creación obtuvo el registro en la SEP que fue impartida por el Instituto de Estudios Superiores de Moda mejor conocido como Casa de Francia por Emmanuele M.M de Román. Las primeras páginas del libro nos cuentan el panorama tan precario de la industria y cómo los diseñadores que habían estado presentes en décadas anteriores habían aprendido de manera empírica sin impedir que sus logros marcaran la pauta para futuras generaciones.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.
Después de introducirnos a la primer década de los 2000 y su creciente oferta académica que por su puesto muchos como yo desconocíamos, pues de haber sabido de tales ofertas académicas en su tiempo quizá yo mismo hubiera terminado estudiando diseño de moda. Un comentario muy preciso de M. Mendoza sobre la educación en cuanto a moda en el mismo libro:
“La formación tiene que ver con cuestionar, no con entrenar y adiestrar a los diseñadores con habilidades para la industria; también implica desaprender, porque algo que ha sido una molestia en la moda es el cuento del legado, pensar que si algo siempre se ha hecho de una manera, se tiene que hacer así siempre.”.
Este comentario es muy importante, y habría que aplicarlo en todas las carreras de especialidad creativa, creo que en éste país la mayoría de las Universidades tienen un lado académico muy rígido que no se atreve a cuestionar y proponer al alumno nuevas maneras de crear si no a seguir las mismas normas que ya no tienen mucho que ofrecer en estos tiempos o a las nuevas generaciones, son muy importantes las referencias textuales para conocer las bases de cada carrera pero también la evolución de la educación es crucial, dándonos armas para proponer y competir, no sólo para cumplir ordenes de cómo hacer las cosas, por fortuna algunos nos hemos encontrado en el camino a profesores que nos obligan a analizar nuestra propia perspectiva, que no educan robots y nos hacen reflexionar sobre lo que estamos aprendiendo y cómo vamos aplicarlo al mundo real en lugar de darnos una palmadita de aprobación y una buena nota sin crítica alguna.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta
Después el libro nos lleva a conocer cómo los desfiles fueron evolucionando hasta llegar al Mercedes-Benz Fashion Week
que ya muchos conocemos y que quizá al público general no le dicen nada, saltan nombres como; Macario Jiménez, Arturo Ramos, Carlo Demichelis, Kris Goyri, Roberto Sánchez, Rafa Cuevas, Paola Hernández y Macandy y Cynthia Buttenklepper en los primeros años de los desfiles hasta el 2011. Hasta aquí según nos cuenta el libro no todo fue la Ciudad de México, también Guadalajara, Guanajuato y Monterrey tenían eventos dedicados a la moda, aunque todavía parece insuficiente la escena. Debemos entender que la capacidad económica de la mayoría de los aspirantes en muchos estados de la república mexicana es muy escasa y al final terminan participando muy al margen de la industria, por eso se hace el hincapié en que el estado considere a la moda como parte de la cultura y una industria que tiene potencial de crecer con el apoyo necesario, pero al final cultura y ciencia no parecen ser prioridad con cada sexenio que pasa. Con esto en mente, el potencial de muchos aspirantes a diseñar moda quedan relegados a la artesanía la cual considero tiene mucho que ofrecer y sería mejor que esos aspirantes, cercanos a lo que se lleva haciendo durante siglos en cada región en el país tuvieran la posibilidad de llevar esa riqueza cultural a su más moderno exponente. Sería muy interesante ver la evolución de los objetos, vestidos y trajes regionales ajustados a su tiempo, ser mezclados con otras técnicas, materiales y diseños formando un maravilloso híbrido. Claro, marcas extranjeras importantes en la industria lo han hecho, pero aceptémoslo, no es lo mismo, no somos nosotros.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta
Antes de desviarme por completo del libro, y es culpa de éste lo cual está perfecto pues deja muchas interrogantes, por eso me parece un material de lectura genial, libros como Hecha en México generan más diálogo, y estamos los que queremos explorar más después de presentarte la historia de cómo se ha ido construyendo la moda en México, la evolución de los desfiles, las tiendas boutiques, bazares y ferias.
El libro también nos da un breve recorrido por lugares como la colonia Roma-Condesa (una zona ‘hipster’ a inicios de los 2000) dónde se ubicaron lugares como 180 Shop, y Fashion Lovers. Polanco con Common People, IKAL, The Feathered y Stendhal, Lorena Saravia, Sandra Well y Raquel Orozco. Santa Fé también aparece aunque la exclusividad y el ‘target’ son bastante aspiracionales. La Colonia Juárez nos ofrece Caballería, que en mi opinión es una experiencia bastante completa para el público masculino que busca un poco más de lo que estamos acostumbrados. Carla Fernandez en la misma área presenta un concepto diferente y amplio, pues hay taller, venta y residencias para artistas y artesanos además de editores, lo cual es bastante interesante. Por último lugares en el Centro Histórico de la capital mexicana. El capítulo cierra con tiendas mexicanas en el interior de la república, que aunque muy poca la oferta sigue en crecimiento a pesar de la pandemia.

Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.
También nos podemos encontrar con ediciones impresas nacionales, no todo es Vogue, la revista 192 de la cual debo decir que su trabajo es fenomenal, pues su mirada editorial me ha parecido bastante fresca desde que la conocí mientras estudiaba fotografía, sus ejemplares a veces llegaban a la escuela y era imposible no apartarse uno cuando se podía, después le perdí la pista y hasta ahora vuelvo a encontrarme con que siguen con la misma manera original de presentar la moda en sus excelsos ensayos fotográficos. 192 es una revista creada por Danae Salazar y la fotógrafa Fabiola Zamora, también se mencionan Nylon, Coolhunter, y las más recientes Pánico y Gxrrrl. Si no las conocen busquen sus redes sociales. Quisiera hablar sobre los apartados del modelaje, la fotografía, el estilismo y cómo todo eso se conjuga para presentar las colecciones de manera bastante artística, pero creo que es mejor dejar hasta aquí mi recomendación y que el libro les guíe en su maravillosa narrativa periodística, además el libro cuenta con un apartado fotográfico hecho en México que ilustra los diferentes temas. Por mi parte creo que sería mejor hablar de manera más extendida del trabajo de muchos fotógrafos, en especial de fotógrafas mexicanas y estilistas de los cuales sigo la pista, pero eso será en otros apartados. Por lo pronto sugiero que no dejen pasar Hecha en México, no diría que es un libro completo sobre la moda mexicana, pero si es bastante importante como introducción al tema, y ojalá se sigan editando materiales con más debate sobre la moda mexicana, porque como lo mencioné al principio hay mucho tuitazo y poca retroalimentación, pocos espacios donde se hable de moda mexicana de manera crítica.


Páginas de 'Hecha en México' 2020 Editorial Planeta.